Apenas una decena de días he tardado en confirmar mi futuro a corto y medio plazo. Alcancé la cima de ese alto muro, pero me caí y ante mí se presenta un nuevo muro. Empiezo a estar cansado de remar contra viento y marea, pero habrá que seguir sacando fuerzas de donde no las hay, ya que el dolor me está empezando a molestar y limitar en mi rutina diaria.
Perdidas las fichas, perdido el ánimo, sólo me quedaba por esbozar una sonrisa de circunstancias, levantarme y seguir en busca de una solución, una solución que cuanto menos, digamos que se resiste. Ya tenemos la confirmación de que esta temporada no va a ser de las mejores atléticamente para mí, sin haberme podido calzar las zapatillas, las dejaré bien guardadas lo que resta de temporada. Así que debería bajar el telón, finalizar la función y dar por finiquitada esta temporada, recuperar lo que haya que recuperar e ir pasito a paso.
Este viernes pasado, viajamos con Fernando García, “Phondy”, nuevamente a la Clínica Diagonal a la consulta del Dr. Balius, con la comentada resonancia en la última entrada al blog. El apoyo de mi entrenador en estos momentos está siendo de gran ayuda y el que estuviera conmigo en la visita médica más todavía.
Tras ver las pruebas el Dr. Balius, nos comentó lo que él veía. El edema óseo sigue prácticamente intacto (la misma mancha blanquecina de la resonancia de septiembre), pero la novedad es que tras ese edema, está asomando una fisura por estrés en el hueso. Al parecer eso sería una buena noticia, y aunque, que se fisure un hueso nunca puede ser algo que infunda confianza, en este caso la fisura permite que la lesión esté siendo cada vez más externa, con lo cual, sería más accesible para el posible tratamiento quirúrgico.
Esta lesión, según nos comentó el Dr. Balius, es muy inusual, conoce muy pocos casos y los que haya podido examinar son en atletas. El tratamiento que nos presenta el doctor, sería fijar el maléolo tibial con un tornillo, para impedir que la fisura evolucione y acabe en fractura. También para permitir que se regenere, ya que al ser el edema interarticular, el líquido interarticular estaría introduciéndose en la fisura imposibilitando que se cierre por sí solo. Tras esto, como el tratamiento expuesto en la última entrada, hacer varias punciones en el hueso, para que sangre y liberar de presión el edema. Una maravilla.
Buscando información, esta sería aproximadamente la ubicación del tornillo |
Para conocer el ángulo de la fisura por estrés y su intensidad, me voy a someter en las próximas fechas a un nuevo TAC. A partir de ahí, el tratamiento que nos presentó el doctor podrá verse al 100%, y entraremos a valorar.
Como casualidad nos dijo el Dr. Balius que su padre fue de los primeros en España en tratar esta lesión en los años 70, publicando casos clínicos en revistas médicas de EEUU. Al llegar a casa lo primero que hice fue buscar información, dudaba encontrar algo por ser tan antiguo, pero definitivamente en Internet está todo. Sólo tenéis que buscar en Google "Balius Juli Maleolo" y el primer resultado es el enlace al estudio por si queréis curiosear, es interesante y además muestra gráficamente la lesión.
Phondy no me dio tiempo a preguntarlo, (también está deseoso que empiece a correr cuanto antes, y es que soy su quebradero de cabeza particular, más tiempo entre consultas médicas que en las pistas) y curioseó por el tiempo de recuperación tras la posible operación. En principio serían unos tres meses desde la operación, aún falta el TAC, su resultado, decidir qué hacer y ver finalmente si me opero. En resumen, cuatro meses más no me los quita nadie para que volviera a correr.
Hay un proverbio chino que dice que “quien cede el paso, ensancha el camino”. Así que, me dispongo a bajar el ritmo y disfrutar de las cosas que no puedo hacer cuando estoy entrenando, tengo cuanto menos, cuatro meses más para disfrutar de las “vacaciones”.
Cuando tenga novedades, os las comentaré puntualmente. Sean felices!!!